Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero hay ocasiones en las que el empecinamiento en hacer las cosas rematadamente mal supera todo lo imaginable. Por poner un ejemplo, el Ayuntamiento de Getafe y el mantenimiento de sus instalaciones deportivas, que brilla por su ausencia para desesperación de los sufridos deportistas getafenses.

Y como quiera que la paciencia tiene un límite, las denuncias en este sentido empiezan a hacer cola. En nuestra anterior edición ya les dimos cumplida cuenta del lamentable estado en que se encuentran los campos de fútbol-7 del complejo polideportivo Juan de la Cierva. Agujeros de tamaño XXL en el césped artificial, iluminación escasísima, falta de drenaje, porterías caídas, redes rotas y un largo etcétera de deficiencias conforman el paisaje habitual de los equipos que disputan la liga local y que pagan religiosamente por utilizar unas instalaciones municipales marcadas por la falta de atención de sus propietarios.

Y no vayan a pensar que el problema es nuevo y el Ayuntamiento apenas ha tenido tiempo de reacción. Resulta que hace nada menos que cinco años ya informamos de las malas condiciones de este mismo escenario sin que nadie haya tomado las medidas oportunas para resolver un contencioso que tiene de los nervios a los jugadores.

Pero por si faltaban casos llamativos, en el ejemplar que tienen entre sus manos podrán ver otra nueva denuncia en parecido sentido. Esta vez se trata del Centro de Ocio y Salud del complejo Alhóndiga-Sector 3, una instalación de titularidad pública y gestión privada que presenta un estado de abandono tan evidente que da la sensación de que nadie se ha preocupado de adecentar sus dependencias desde su inauguración hace alrededor de 30 años.

Esta vez se trata del Centro de Ocio y Salud. Da la sensación de que nadie se ha preocupado de adecentar sus dependencias en 30 años

Suciedad a raudales, falta de agua caliente en las duchas, extintores que no se atienen a la normativa y tienen caducada la fecha de revisión, superficies oxidadas, goteras, paredes desconchadas, material deportivo defectuoso… La relación de incidencias es tan extensa que un grupo de usuarios ha decidido alzar la voz para que alguien, ya sea desde el Ayuntamiento o desde la contrata, les ofrezca alguna solución que hasta la fecha se les ha negado con reiteración.

Son dos ejemplos palmarios de la dejadez, el abandono y la falta de mantenimiento crónico que prima en no pocas instalaciones deportivas de Getafe. Y ya les advertimos que las quejas de los vecinos no acaban aquí, así que seguiremos cumpliendo con nuestro cometido de denunciar este tipo de situaciones que lastran enormemente la imagen de nuestros gobernantes.

Y tampoco olvidamos, por cierto, que están a punto de cumplirse nada menos que ocho años del cierre del polideportivo San Isidro. Ocho años de abandono para los vecinos de la zona Centro y San Isidro, que han tenido que irse con la música a otra parte para practicar su deporte favorito. Otro ‘agujero negro’ para nuestro Ayuntamiento.